Maite ditugunengatik….. LGTBI lege bat orain!!!

“Los derechos LGTB son derechos humanos”. Así dicen tantos y tantos carteles a lo largo y ancho del globo cuando llega el mes de junio. Y en el País Vasco no nos tenemos que olvidar de que esos derechos no están asegurados. También existe en nuestra lengua una frase que podría definir nuestra lucha por los derechos humanos y por ende los derechos LGTBI: Izan zirelako gara, garelako izango dira (Porque fueron somos. Porque somos serán).

Izan zirelako

A pesar de que desde el 2004 está regulado el derecho del matrimonio igualitario a nivel estatal, uno de los grandes hitos de los derechos LGTBI, el terreno para llegar hasta ese punto ha sido angosto, fangoso y no son pocas las personas que han quedado en el camino. Cada vez que se habla de los derechos LGTBI, se parte de la inercia de que antes de nuestro presente apenas había nada en tanto en cuanto a los derechos LGTBI se trata. Pero a día de hoy lo podemos desmentir. No se trata de que no hubiera derechos LGTBI o que el colectivo fuera invisible. No se parte de cero. Se parte de un punto por debajo de cero. Hay que recordar que las leyes desde el siglo XIII para vascos y vascas, como parte de la corona de Castilla, se endurecieron y la moral y concepción teológica de la iglesia pasaron a formar parte de la legislación penal con leyes contra la sodomía, entendida esta como cualquier acto sexual inmoral o contra natura. El Liber Gomorrhianus (1049) de Pedro Damiano será el primero en condenar las relaciones homosexuales. Además, en la Pragmática, ley (1497) de los Reyes Católicos se castigará la sodomía en todo el Reino de Castilla. Así comenzaron las torturas, las quemas, y el uso político del delito de la homosexualidad para destituir a los oponentes políticos.  Y no solo en Castilla, también en el Reino de Navarra, donde en 1345 quemaron en Olite/Erriberri a dos hombres “por cometer el pecado sodomítico”. La sodomía no desaparecerá hasta 1848 del Código Penal, aunque mantendrán leyes contra «el escándalo público» o «faltas contra la moral, el pudor y las buenas costumbres».

Pero el estigma prevalece, y con la llegada de la dictadura se crea dentro del Código Penal la Ley de Vagos y Maleantes, que es modificada en 1954 para incluir, entre otros, a los homosexuales. En 1970 se trataba ya de curar a las personas homosexuales mediante la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social.

Gara – Garelako

La lucha por la libertad  y los derechos de las personas del colectivo LGTBI+ en el País Vasco acumula ya 40 años. Un primer indicio de esta nueva era comenzó en el 10º aniversario de los hechos acaecidos en Stonewall, ya que 1979 fue el año en el que se despenalizó la homosexualidad y la transexualidad con la eliminación de la ley de peligrosidad. Pero desde entonces no todo ha sido un camino de rosas, ya que al estigma se le añadió en seguida el dolor y la muerte causadas por la pandemia del SIDA que arrolló al colectivo.  Desde entonces no han sido pocos las asociaciones LGTBI que se han creado en toda Euskal Herria. Estas trabajarán en campañas contra la LGTBIfobia y a favor de la igualdad de las parejas del mismo sexo, del matrimonio y la adopción, entre otras muchas tareas. En 1994 el Ayuntamiento de Gasteiz dará el paso para incluir a las parejas homosexuales en el registro de parejas de hecho. Este hecho marcará un hito y le seguirá la Ley Reguladora de las Parejas de Hecho en toda Euskadi en 2003. En 2012 se aprueba la Ley Vasca de no Discriminación por Motivos de Identidad de Género y del Reconocimiento de los Derechos de las Personas Transexuales. Y el 27 de junio del año pasado el Parlamento Vasco da un paso más en el reconocimiento de las personas trans al impulsar la despatologización de este colectivo.

Izango dira

Parecería que  le hemos dado la vuelta a la tortilla, pero nada más lejos de la realidad. Podemos ver que la presencia de la discriminación perdura en la sociedad vasca y en Gipuzkoa. A pesar de los intensos 40 años de trabajo en pro de la igualdad y la no discriminación, el colectivo LGTBI se siente discriminado en la sociedad guipuzcoana. Así lo dice el diagnostico de las realidades del colectivo LGTBI+ en Gipuzkoa que se publicó en 2018. Todavía perduran en la inercia colectiva aquellas leyes que desde época medieval nos obligaban a escondernos, por el miedo de quedar marcados, ser torturados o perder nuestras vidas. Más en concreto en el ámbito laboral se observa la brecha salarial que las personas lesbianas y trans sufren respecto a los hombres cisexuales, que cuentan con mayores ingresos. El 59% de los jóvenes han denunciado discriminaciones en el ámbito familiar y de amistades, según el diagnostico. Respecto a los adultos son los que más agresiones denuncian en espacios públicos. Es en estos espacios donde se dan la mayoría de las discriminaciones, y en especial en municipios de menos de 10.000 habitantes. También la sanidad, administración y justicia son espacios en los que el colectivo ha denunciado haberse sentido discriminado. Aunque como hemos mostrado, los avances en derechos LGTBI han sido significativos, todavía nos quedan por conquistar instrumentos que empoderen a toda la sociedad y les den recursos a la hora de gestionar las nuevas y cada vez más habituales realidades que vivimos . Por ello pedimos una ley LGTBI que regule y gestione estás nuevas realidades en todos los ámbitos que afectan a la vida de las personas. Para terminar, mediante este manifiesto queremos hacer un llamamiento a toda la ciudadanía, para participar en las actividades que proponemos esté 28 J, mediante el uso de las nuevas tecnologías y  manteniendo una distancia de seguridad que no ponga en riesgo a ninguna persona. Por ello, daremos color y visibilidad a nuestras reivindicaciones colgando  banderas arcoíris en nuestros balcones, asimismo, extendemos la petición de esta iniciativa a toda la sociedad vasca.  Por los que fueron, por los que somos, por los que serán.