El 18 de julio fue publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (B.O.J.A.) la “Ley 2/2014, de 8 de julio, integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía”, entrando en vigor al día siguiente de su publicación.

Se trata de una de las leyes más avanzadas de España, Europa y el mundo, por dos motivos que responden a las demandas históricas de la comunidad trans y una deuda que la sociedad y los políticos tienen con las personas transexuales. Primero, porque despatologiza la transexualidad, interpretando la misma como una expresión de la diversidad humana y no como una patología mental.

El discurso “biomédico”, ha propagado la “patologización” de la transexualidad, difundiendo conceptos que han perpetuado y perpetúan la discriminación de las personas trans, “personas que cambian de sexo”, “hombres y mujeres atrapados en un cuerpo equivocado”, “personas con una discordancia”, todo ello ha calado e influido en los medios de comunicación, medicina, políticos, entidades lgtb y en las propias personas trans, desnaturalizando la transexualidad e imponiendo un modelo binarista del género y la “generización” de las personas en base a sus genitales, negando la diversidad de cuerpos sexuados.

Segundo, porque reconoce la libre autodeterminación del género, como un derecho humano fundamental. Es decir, reconoce a las personas trans como sujetos de pleno derecho. Es similar a cuando las mujeres han reivindicado “nosotras parimos, nosotras decidimos”. Las personas trans decimos, “mi cuerpo es mío, yo decido”. Pero además, porque esta ley es una ley que viene desde “abajo”, o sea, trabajada y propuesta por las asociaciones de personas trans, no es una ley impuesta desde “arriba” por los políticos ni por entidades que no nos representan. La hace única, porque por primera vez se crea un marco jurídico para garantizar los derechos y la no discriminación de las personas trans de modo integral, dando respuesta a todos los ámbitos donde las personas trans ven mermados sus derechos ciudadanos, laborales, jurídicos, educacionales y sanitarios. No es una Ley de ampliación de derechos, su objeto es que las personas trans tengan garantizados los mismos derechos que los demás ciudadanos, sin que la identidad de género, sea motivo de desigualdad y discriminación.

Los menores transexuales se beneficiarán de ésta ley, en  los protocolos educativos, que garantizaran el libre desarrollo de la personalidad y el respeto a la identidad libremente determinada y en la atención sanitaria que pondrá  mayor interés  en el periodo prepuberal, evitando sufrimientos, intentos de suicidios e intervenciones agresivas a posteriori.

Sin lugar a dudas, este avance en el reconocimiento de derechos de las personas trans, será un referente mundial, pero sobre todo, tendrá un impacto en las demás comunidades del estado español. Se hace necesario instar al Gobierno Central, a la aprobación de una Ley Integral de Transexualidad Estatal, que despatologice la transexualidad y reconozca como derecho humano fundamental, la libre autodeterminación del género, para evitar agravios comparativos, y para ello serán necesarios apoyos políticos, sociales y de entidades lgtb. Es una ley que de hacerse efectiva, será el mayor avance de la comunidad trans desde la transición democrática en España.

Un gran avance de estas características, debería de haberse celebrado no solo en la Comunidad Andaluza, sino en todo el territorio Español, ya que es comparable a la igualdad que supuso para gays y lesbianas el matrimonio igualitario. Ello deja patente, como para muchas entidades que se hacen llamar LGtB, la realidad de las personas trans, no son una prioridad.

Mar Cambrollé Jurado
Presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía-Sylvia Rivera. Ha sido candidata por Izquierda Unida al Parlamento Europeo en 2014. Su biografía ha sido recogida por Francisco Artacho Gómez en la obra Mar Cambrollé, una mujer de verdad. El MHAR, los orígenes del movimiento homosexual y transexual en Andalucía, Editorial La Calle, Málaga 2014.