A estas alturas de la película no hace falta presentar a Carmen Maura. A todos, en algún momento se nos ha aparecido en televisión, cine o publicidad. Según la edad de cada uno la habremos conocido como ama de casa, fantasma, mujer desesperada, o transexual…, entre otros papeles, y desde ese momento seguro que le hemos seguido la pista, hasta llegar a la 61 edición del Zinemaldi, donde se le entregará el premio Donosti, a la vez que presentará la película “Las brujas de Zugarramurdi” de Alex de la Iglesia, tercera colaboración de la galardonada con el director bilbaíno.

Carmen nace en Madrid, el 15 de septiembre de 1945, y como regalo de cumple el Festival le otorga el privilegio de ser la primera actriz española en recibir el Donostia. Solo tres colegas españoles lo recibieron antes, Fernando Fernán-Gómez, Paco Rabal y Antonio Banderas. Casualidades de la vida el año pasado un actor nacido también un 15 de septiembre recibió este entrañable galardón, Tommy Lee Jones.

Perteneciente a la saga de los Maura, bisnieta de un conocido grabador de la época, nieta de los condes de Fuente Nueva de Arenzana e hija de médico, estudió en colegio de monjas para finalmente graduarse en Letras Francesas. Con 21 años se casó con un abogado, y enseguida tuvo a sus dos hijos, a la vez que dirigía su galería de arte.  En la familia no sentó nada bien que abandonara su vida burguesa y empezara a buscarse la vida en el mundo del artisteo: pequeños papeles en cortos, giras de teatro, sustituciones, actuaciones en café-teatros… tigres-de-papel_ampliacionEstá decisión no fue un camino de rosas y le acarreó problemas familiares, separándola de sus hijos durante algún tiempo. El oftalmólogo no tuvo mucha vista,  al no apoyar a su hija en sus nuevos planes. Sus primeros papeles como prota se los ofrece Fernando Colomo a finales de los 70 (” Tigres de papel” y “¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?”), conoce a Pedro Almodóvar y presenta uno de los programas de televisión que más fama le daría, “Esta noche” de F.G.Tola. Desde entonces no hay quién le tosa.
El cine que se hace en los 80 es un reflejo de la España de la época, una mezcla de modernidad y tradición. Ahí Carmen encajaba perfectamente. Madrid y su movida eran modelo para la burguesía progre, donde la gente se reconocía por tribus, no por clases, siendo una sociedad interclasista. Se dan las condiciones óptimas para que surja una de las relaciones más difíciles, fructíferas y contradictorias en el cine español, Maura-Almodóvar. Aunque tampoco es exclusividad de ellos, no nos olvidemos de Góngora-Quevedo, y Freud-Jung, entre otras. Era una relación incompatible desde el principio, imposible y viciada, aunque ellos no lo supieran, pero también necesaria para que ambos sacaran lo mejor del otro y de sí mismos para crear películas y escenas que ocupan un lugar destacado y merecido en la historia del cine. Imposible olvidar la escena  de  “La ley del deseo”, en que Tina pide a un funcionario municipal que la riegue en plena noche. Se podría decir que sin putearse no habría habido progreso artístico; Carmen es/era una burguesa transgresora y Pedro era/es un transgresor burgués. Carmen inauguró el término de chica Almodóvar y lo ostentó durante 10 años, hasta que, y ahora vienen las contradicciones, la relación se rompe.  La teoría del director, según Carmen, es que la actriz se volvió loca, y la de la Maura es que Pedro no soportaba que fuera tan fundamental para él. Reconoce que en el rodaje de “Mujeres al borde de un ataque de nervios” pensó en abandonar su carrera. El tener un proyecto firmado la salvó de tomar esa decisión.

Como no sólo de Almodóvar vive el hombre, su carrera artística no ha parado en ningún momento, rodando por todo el mundo y con todo tipo de directores, muchos de ellos noveles. Se puede decir que nació con un premio debajo del brazo, entre otros destacamos:

– 4 Premios Goya por  “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, “Ay, Carmela”, “La comunidad” y “Volver”.
– César a la mejor actriz secundaria por “Las chicas de la sexta planta”.
– Concha de Plata por “La comunidad”.
– 2 Premios Félix a la mejor actriz europea por “Ay, Carmela” y “Mujeres….”
– 6 Fotogramas de Plata.
– Mejor actriz en el Festival Internacional de Cannes por “Volver”
– Medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes
– Caballero de la Orden de las Artes y  Letras de Francia
– Premio Donostia

Reconoce que ha tardado años en conquistar el cine francés. Vive entre París y Madrid, y en las entrevistas no se corta en poner a parir a los franceses. Le resultan antipáticos y secos, aunque a nivel profesional la tratan con mucho respeto. Ve el lado cómico de las cosas, piensa que son fáciles de engañar y le hace gracia que no tengan malicia. Cuando va a quejarse de algo ha aprendido que debe ponerse borde con ellos, les tiene atemorizados y siente que no la hayan grabado porque seguro que es otra de sus estupendas actuaciones. A pesar de todo en Francia la adoran y la premian.

Respecto a los premios piensa que son relativos,  casualidades,  se los toma con tranquilidad y confiesa que ya desde pequeña era la que mejor hacía las funciones con sus amigos, no le cuesta trabajo actuar. Eso sí, nunca va a permitir que un fan suyo la dirija. Le encanta y disfruta del trabajo en el set de grabación y como curiosidad diremos que le gusta cuando aparecen problemas técnicos.
“La Comunidad”, y ”Ay, Carmela”  son  sus películas favoritas, junto con la  “La ley del deseo”, que le valió un premio nacional de cinematografía y , como ya se ha comentado, contiene una de las escenas míticas del cine. Además la cinta obtuvo el premio a la mejor película en la primera edición de los Teddy Award, en 1987, en el Festival de Berlín. Sabía que desde esa película se había ganado el cariño de los gays, fans super fieles, llegando incluso a ser nombrada reina del Festival de cine gay y lésbico de Milán.

Tras 20 años de no dirigirse la palabra, Almodóvar llamó a Carmen y le ofreció un papel secundario en “Volver”, donde tenía que aparecer como fantasma, fea y avejentada. Algo que puede sonar a venganza, pero que Carmen aceptó. Piensa que  Pedro  se acordó de ella porque no sabía a quién ofrecérselo y por “su facilidad y precisión para emocionar en el acto, sin ensayos”.  Reconoce que fue un trabajo facilísimo y que la relación director-actriz era impecable. No así su relación personal. No reconoce al Pedro actual y piensa que no volverá a trabajar más con él. La reacción a estas palabras fue del hermanísimo y vía Twitter le contestó: Tranquila, no pensamos llamarte.

Desde San Sebastián te decimos, Carmen, tranquila, nosotros sí pensamos llamarte, porque  “nena, tú vales mucho”.